El médico y político argentino Cleto Aguirre nació en la ciudad de Salta el 26 de abril de 1834.
Hizo sus estudios primarios y secundarios en esa ciudad. A pesar de las dificultades económicas de su familia, pudo viajar a Buenos Aires en 1849 y matricularse en el primer curso de medicina a los 15 años de edad. En los últimos años de la carrera formó parte de los practicantes mayores del Hospital General de Hombres. Se graduó de Doctor en Medicina el 13 de Junio de 1855, a la temprana edad de veintiún años, presentando su tesis sobre el tema «Clorosis».
En 1856 volvió a su ciudad natal, donde trabajo exitosamente en medicina y en política, siendo elegido Diputado al Congreso de la Nación en 1862. En este nuevo escenario dio muestras de su preparación y ecuanimidad de juicio, que lo caracterizaron siempre. Estudiaba a fondo los asuntos que se le confiaban en el seno de la comisión, y solo hablaba en forma correcta e ilustrativa cuando tenía que llevar algo al conocimiento de la Cámara.
En 1864 fue elegido gobernador de la provincia de Salta. En 1868 fue elegido, por segunda vez, diputado nacional, por lo que se trasladó a Buenos Aires para radicarse definitivamente hasta el fin de sus días.
Fue entonces cuando tomo la determinación de especializarse en oftalmología, para lo que se trasladó a Europa a fin de visitar las grandes clínicas de la especialidad y formarse al lado de los grandes maestros. Establecido en París, trabajo durante un año al lado del profesor Galezowski, circunstancia que le permitió adquirir una sólida preparación y destreza operatoria, así como los conocimientos sobre la mejor manera de ensenar clínicamente la delicada especialidad a la que se había consagrado.
Desde su llegada a Buenos Aires en 1869, comenzó a atender el consultorio y sala de Oftalmología en el viejo Hospital de Hombres, donde en su época de estudiante había servido como practicante mayor. Desde ese tiempo se difundió en el publico de la ciudad su fama de hábil y preparado oftalmólogo.
Durante la grave epidemia de fiebre amarilla de 1871, actuó hombro a hombro con sus colegas clínicos en la asistencia de los enfermos en el duro y desigual combate con el enemigo entonces desconocido. Cayo víctima del flagelo y estuvo a punto de perder la vida.
Intervino con mucho acierto y eficacia en una epidemia de oftalmia en el Asilo de Huérfanos, redactando numerosas historias clínicas que sirvieron posteriormente como material para la redacción de la excelente tesis sobre el tema del Dr. Pedro Florencio Roberts: «Memoria sobre la oftalmia del Asilo de Huérfanas», presentada en 1872.
En 1874 tuvo lugar la reorganización de la Facultad, bajo el Gobierno del doctor Acosta. Se confió a la Academia de Medicina la dirección superior de los estudios médicos, y el doctor Aguirre, en compañía de otras personalidades médicas, fue nombrado miembro de dicha Academia.
Al poco tiempo de incorporarse a la Universidad, la Facultad de Ciencias Medicas en 1874 encargó la ejecución de un reglamento a los doctores Eduardo Wilde, Pedro A. Matos y Pedro A. Pardo. En el mes de julio del mismo año la comisión presentó el reglamento, el que fue aprobado por la Facultad en su sesión de marzo de 1875. Figuraban en él numerosas modificaciones del plan de estudios de 1853, hasta entonces en vigencia. Entre las reformas propuestas figuraba la creación de las cátedras de Patología General e Historia de la Medicina, Anatomía Patológica, Histología y Clínica Oftalmológica.
Allí se dictaron los cursos de Oftalmología hasta el año 1884, época en que la Facultad de Medicina se hizo cargo del entonces flamante Hospital Buenos Aires, que pasaría a llamarse poco después Hospital de Clínicas. Dicho hospital, modelo en su género, quedo concluido en 1879 y entregado el mes de julio de 1881.
Una de las características psicológicas del doctor Cleto Aguirre era la firmeza de su carácter: iba siempre donde sus ideas le aconsejaban ir, sin que óbice alguno fuera capaz de contenerlo. Pero donde su personalidad científica más se destacó fue al frente de la Cátedra, creada en 1875 -a iniciativa suya- por la Facultad de Medicina. El 3 de abril de 1875 el Dr. Aguirre fue designado Profesor de Oftalmología, cargo que fue confirmado por la Honorable Legislatura.
El doctor Cleto Aguirre fue el verdadero precursor de estos estudios, para cuyos fines necesitó poner en juego, no solo su autoridad científica sino también su prestigio político, adquirido en una larga y honrosa actuación en la vida pública.
En efecto, desde el día en el cual inauguró el curso de Oftalmología en el vetusto Hospital General de Hombres puede decirse que el plan de estudios de la Facultad de Medicina se había completado con la incorporación de una asignatura transcendental, confiada a un profesor de solida preparación.
El profesor Aguirre dominaba su materia y su curso. No era precisamente afectivo con los alumnos y, generalmente, no los saludaba hasta después de que habían aprobado la asignatura en el examen final, es decir, cuando ya habían dejado de ser sus discípulos. No obstante esto se le respetaba y quería. Sabia imponerse con la autoridad de su gran preparación y manera propia de ensenar.
Como cirujano era habilísimo, y cuando se recuerda la extraordinaria limpieza con que rodeaba el campo operatorio y al instrumental que iba a usar, no es aventurado afirmar que fue un precursor de la asepsia en cirugía. Sus operados del hospital no se infectaban jamás.
Como consecuencia de la renuncia del Dr. Pedro A. Pardo a su cargo de decano y profesor (con motivo de haber sido designado ministro plenipotenciario en el Imperio Astro-Húngaro) el 26 de mayo de 1887, la Academia de Medicina procedió a la elección de su reemplazante en el puesto directivo de la Facultad. La votación practicada en la Academia ese mismo día, arrojo mayoría de votos a favor del académico Cleto Aguirre, proclamándosele en el acto Decano de la Facultad de Medicina.
Desde el comienzo de su gestión, imprimió a la Institución el impulso progresista que él era capaz de darle. Bajo su administración se creó el Instituto de Anatomía Patológica, el gabinete de Terapéutica, se dotó a la Escuela de una ordenanza para la formación del cuerpo de profesores suplentes, y se nombraron nuevos profesores. Puso en juego todo su prestigio para realizar la legitima aspiración de la escuela de medicina, cual era la construcción del edificio de la Facultad que ocupaba la manzana delimitada por la avenida Córdoba, y las calles Junín, Uriburu y Viamonte (actual Facultad de Ciencias Económicas).
El Profesor Cleto Aguirre tuvo el privilegio de instalar la Cátedra de Oftalmología en el Hospital de Clínicas el 15 de mayo de 1881, en las salas 3 y 7, donde su labor docente y asistencial fue fecunda.
Desafortunadamente, una grave afección cardiovascular acortaba inexorablemente aquella vida plena de méritos, y no le dejaría cumplir el segundo año de su Decanato.
Un año antes de morir comenzó la dolencia que lo llevo a la tumba. A pesar de no ignorar el carácter de su mal, continuaba como de costumbre la intensa labor de su vida.
Sufría al pensar en la inutilidad de una larga agonía, pero no temía a la muerte. Supo así superar los tragos más amargos de la vida con la entereza de un valiente.
Al sentirse enfermo, y con la clara visión de un pronóstico grave, solicitó de la Facultad una licencia, que sería la primera y la última, para morir poco tiempo después en Belgrano, el día 11 de Febrero de 1889. Su fallecimiento provocó un verdadero duelo en la sociedad de Buenos Aires y de Salta, en cuyo seno mayores beneficios difundiera.
Honrando la memoria del primer maestro de oftalmología en la Argentina, La Facultad decidió que las dos salas de enfermedades de los ojos del pabellón del Hospital de Clínicas, que el fundara después de muchos sacrificios y que constituyeron el teatro de sus más brillantes hazañas, llevaran su nombre.
El profesor Pedro Lagleyze (1855-1916) fue designado en Febrero de 1889 Catedrático Titular de Oftalmología, como sucesor del doctor Cleto Aguirre.
Alfredo Buzzi.